El Camino con diabetes antes y durante

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Recorrer el Camino de Santiago siendo diabético no tiene impedimento alguno. Se ha comprobado que el incorporar una rutina física diaria ayuda a controlar la diabetes tipo 1 y 2.

Las personas que sufren de esta enfermedad están en la capacidad y al mismo nivel que cualquier otra persona de realizar este y cualquier otro recorrido, solo tomando en cuenta algunas precauciones antes y durante el viaje.

A continuación daremos consejos para prepararse antes y durante el recorrido:

Antes de hacer el Camino

Preparación física: al menos 3 meses antes es recomendable comenzar un plan de entrenamiento progresivo ya que para poder afrontar el reto se debe estar en buenas condiciones físicas, se tenga o no diabetes.

Visita al médico: es importante que el medico esté al tanto del viaje que se va a realizar para así poder ajustar bien el tratamiento y el plan alimenticio.

Informe médico: si para llegar hasta el punto de inicio de la primera etapa necesita coger un avión, es recomendable pedirle un informe al médico para poder constatar en el avión el padecimiento de dicha enfermedad y de esta manera poder transportar los medicamentos necesarios en la maleta de mano.

Se recomienda llevar una cantidad extra de insulina por si llegase a surgir algún imprevisto.

Equipaje: además de llevar la insulina suficiente más la cantidad extra, puede ser conveniente llevar neveras portátiles ya que no todos los hostales y albergues distribuidos a lo largo del Camino de Santiago suelen disponer de frigoríficos para conservar los medicamentos y la insulina debe permanecer refrigerada.

También es importante llevar un kit de emergencia con jeringuillas, glucagón (para contrarrestar una posible hipoglucemia severa), un medidor portátil de hemoglobina y un tensiómetro.

Y por último, pero no menos importante, el calzado adecuado, ya adaptado por el uso y con buena sujeción, calcetines y ropa apta para practicar deporte: ligera, cómoda y fresca.

Durante el Camino

Medir la glucosa antes, durante y después de cada etapa para vigilar las alteraciones que puedan ocurrir.

Llevar alimentos para poder actuar rápido en el caso de una hipoglucemia, tales como: bebidas azucaradas, zumos, azúcar, etc.

Mantenerse bien hidratados bebiendo unos 3 litros de agua al día ya que al ser diabético se es más propenso a deshidratarse en este tipo de actividades deportivas.

Prestar particular atención a los pies revisándolos para poder detectar ampollas, heridas o hinchazón. Mantener los pies limpios, hidratados y cambiar de calcetines y de calzado cuando sea necesario. La diabetes puede causar daño en vasos sanguíneos y nervios de los pies; esto causa que al lesionarse, las heridas no sanen bien y al detectarlas a tiempo pueden empeorar.

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